Ángeles Aroca Aguilar: la pasión científica
Ángeles Aroca Aguilar decidió dedicarse a la Ciencia desde bien pequeña, cuando estudiaba sexto de EGB. Aquel curso, en la ciudad manchega de Albacete, tuvo un profesor muy estricto que despertó en ella la pasión por la Biología.
Estudió Biología en la Universidad de Murcia y descubrió que le apasionaba la investigación, el trabajo de laboratorio, y sobre todo la Biología molecular. En la actualidad, este es su campo, la Biología Molecular y la Bioquímica vegetal.
Pudo realizar la tesis doctoral en Madrid y luchando mucho, porque no fue nada fácil, más bien nadar a contracorriente, finalmente ha conseguido la estabilidad en la Universidad de Sevilla.
Su marido, natural de Tomares, la convenció para mudarse a nuestro pueblo, donde reside desde 2009.
Ángeles Aroca Aguilar ha desarrollado su carrera en el CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), a través de proyectos o becas, requiriendo financiación externa… Hace unos años solicitó un proyecto europeo que, tras su aprobación, la llevó a Estados Unidos a continuar investigando.
Admite Ángeles Aroca que las mujeres tienen un difícil camino en la Ciencia. Sin embargo, ella se considera afortunada por sentirse rodeada de equipos compuestos de mujeres que la han apoyado.
Piensa que la causa de esta criba se encuentra en la sociedad. El campo científico es muy competitivo y la maternidad supone un hándicap. Confiesa que ella se pasó las dos bajas maternales escribiendo artículos. La investigación requiere mucho tiempo, trabajar los fines de semana o viajar y las mujeres se sienten más culpables si no pueden conciliar. Por suerte, en la actualidad, las mujeres de baja por maternidad pueden ampliar los plazos para presentar proyectos o publicaciones y eso ha supuesto un gran avance.
La investigación continúa siendo un ámbito muy machista, aunque se están produciendo cambios. Cada vez hay más mujeres dedicándose a la investigación, pero los puestos directivos están copados por hombres. Los proyectos son evaluados por investigadores seniors y la mayoría son también hombres.
Ángeles es optimista y piensa que ahora es menos complicado que para la generación anterior y que cuando las mujeres investigadoras lleguen a un nivel más alto en el escalafón lo harán más fácil para otras mujeres.
Las niñas no tienen modelos o referentes femeninos, a excepción de Marie Curie. Sería conveniente hacer visibles a mujeres científicas más actuales como Margarita Salas, también investigadora del CSIC.
También influye el desconocimiento y la escasa divulgación científica. Piensa que ahora hay asociaciones que están haciendo una gran labor para visibilizar a las mujeres científicas.
Para avanzar en la igualdad de género en la Ciencia todavía quedan muchos pasos que dar. Es muy importante la celebración del Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, la Feria de la Ciencia, la Noche de los Investigadores porque acerca la investigación a la ciudadanía.
La paridad en los tribunales es otra forma de equilibrar. Ángeles se siente positiva a la hora de romper el techo de cristal. Piensa que se trata de cuestión de tiempo que las mujeres accedan a puestos directivos. No es algo que se pueda realizar en solitario, se necesita el apoyo de toda la sociedad.
En definitiva, a pesar de que se está mejorando mucho la situación de la mujer en la Ciencia, más ayuda y más visibilidad por parte de las instituciones no vendría mal para acelerar la igualdad e intentar rebajar los sesgos en cuanto a maternidad/paternidad.
El trabajo de Ángeles y otras como ella, silencioso y oculto, consigue que las sociedades avancen. No debería ser necesaria una pandemia para poner en valor la Ciencia y el papel de las mujeres en ella.
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