Milagros Frías Navarrete: la pasión política

 La mujer que se sienta frente a nosotras en una terraza de otoño se jubiló como profesora de instituto hace varios años. A leguas es posible distinguir su inteligencia y su pasión por la política, a la que ha dedicado buena parte de su vida. Reconoce no sentirse atraída por las redes sociales. Aunque bien informada de la actualidad, continúa suscrita a la prensa escrita y no ha sucumbido a los libros digitales. 

Milagros Frías se instaló de nuevo este verano en su casa de Tomares. Había fijado su residencia en nuestra localidad, por primera vez, en 1982. Al año siguiente, en 1983 se convirtió en una de las primeras concejalas del Ayuntamiento.

Milagros Frías había comenzado su andadura política en el PSOE muy joven, siendo una estudiante universitaria. Nos cuenta que en las primeras elecciones democráticas (1977), las candidaturas estaban formadas casi exclusivamente por hombres.

“Las mujeres éramos la retaguardia. A veces nos dejaban participar en los mítines presentando a los oradores, pero nada más”.

Poco a poco la situación cambió. En las primeras elecciones municipales, dos mujeres pudieron formar parte de la candidatura, aunque sin posibilidad de salir elegidas.

No fue hasta 1983 cuando Milagros tiene una oportunidad real de participar activamente en política, al ser incluida en la candidatura para el Ayuntamiento de Tomares y consiguió ser elegida concejala en la lista que encabezaba José María Delgado Buiza.

Ella tuvo al principio muchas reservas, porque hacía poco tiempo que residía en Tomares, pero encontró la confianza del alcalde electo, que le dio carta blanca para gestionar muchos servicios. Estudió las actuaciones de otros municipios de Cataluña, País Vasco o Navarra y a partir de ahí organizó los Servicios Sociales, la Escuela de Adultos, la Oficina de Información al Consumidor y las clases durante el verano para estudiantes con materias suspendidas. En esa época también se empezó a construir el IES Néstor Almendros. Sin embargo, recuerda que las excursiones a la playa que se organizaban cada jueves en verano fue una de las actividades más exitosas.

Milagros Frías era la única mujer concejala del PSOE tomareño. Aunque sus posturas ideológicas fueran diferentes, llegó a congeniar con María Ybarra, concejala de Alianza Popular, porque eran las dos únicas mujeres de la corporación municipal.

En 1989 formaba parte de la ejecutiva provincial de su partido, llevando la Secretaría de la Mujer. Su principal propuesta fue crear Secretarías de la Mujer “en todos los órganos del PSOE, en todos los pueblos, en todos los barrios”. Para ella, fue un trabajo muy bonito porque organizó un equipo de mujeres feministas y con ellas recorrió los 106 pueblos de la provincia de Sevilla.
En aquel momento fue incluida en la lista para las elecciones al Congreso de los Diputados. 

“En aquella época empezó el partido a decir que había que meter mujeres porque en Europa le insistían que era impresentable que, en el Congreso, de 350 miembros hubiera tan pocas mujeres. Las dos mujeres que fuimos para el Congreso éramos Carmen Hermosín y yo”.

Como diputada se mantuvo hasta el año 2000, es decir, tres legislaturas.  A Milagros Frías le brillan los ojos al referirse a esa época de su vida. Su voz adquiere una vibración emocionada cuando habla de la intensidad del trabajo, de las comisiones en las que participó, entre ellas la comisión mixta Congreso-Senado sobre la mujer. En esta última comisión se prepararon proposiciones no de ley sobre horarios para facilitar la conciliación, para mejorar la ley del aborto, igualdad salarial, víctimas de violencia, sobre Institutos de la Mujer…

En su primera legislatura participó en el Consejo de Europa, que defiende y certifica los derechos humanos de los estados miembros, entre ellos, los derechos de las mujeres.

En la siguiente, formó parte de la mesa del Congreso, presidida por Félix Pons. Para ella fueron momentos muy duros, por los casos de corrupción que asaltaron al PSOE y porque la obligaba a permanecer más tiempo en Madrid.

Su última legislatura supuso la ruptura entre guerristas y felipistas, con un grupo parlamentario dividido. A partir de ahí, decepcionada, no formó parte de las listas de las siguientes elecciones y en el año 2000 se incorpora a su plaza de profesora en el IES Alixar de Castilleja de la Cuesta hasta su jubilación en el 2012.

Tras su jubilación, se muda desde Tomares a Sevilla para cuidar a su madre. Tras su fallecimiento, regresa a su casa tomareña.

Nos habla con orgullo de su hija, Silvia Acosta Frías, que ha sido premiada como actriz revelación por la película “Una vez más”.

Abordamos con Milagros la cuestión de la conciliación y las dificultades que entrañaba la participación en política para una mujer, madre de una hija pequeña, que tenía que trasladarse cada semana a Madrid.

También hablamos del techo de cristal y del suelo de barro.

“En teoría, en el Partido Socialista la igualdad era una proclama, era algo obvio. Eso era teoría. En la práctica, las mujeres teníamos más dificultades para todo. Te examinaban con lupa. La primera vez que hablas en un mitin, la primera vez que desempeñas una tarea, tenías que demostrar que eras trabajadora y que cumplías, el doble que cualquier compañero. “

No se queja de ella, porque lo asumió en su momento. Se encontraba en muchas situaciones de bromas o comentarios machistas, que se consideraban naturales. 

El horario de las reuniones también suponía un hándicap. Durante su época de concejala en el Ayuntamiento de Tomares, como nadie estaba liberado, las reuniones comenzaban a las ocho de la tarde, con los problemas de cansancio y conciliación que eso suponía. Los hombres no se encontraban con ese problema.

Esa forma de actuar era tan generalizada, que ni protestaba. Creía imposible cambiar ese tipo de comportamientos. 

“Cualquier compañero se creía con más derecho que tú para ocupar un cargo, por el hecho de ser hombre. Daba igual que fueras concejala o diputada, que estuvieras en el Consejo de Europa o en la mesa del Congreso. El techo de cristal existe y además, las mujeres éramos fácilmente intercambiables. Ellos consolidaban, pero a las mujeres te quitaban y te ponían en función de los intereses”

Sin embargo, ella admite que nunca se ha frenado, nunca se ha puesto límites a sí misma, porque la política la apasionaba. 

En sus fichas rayadas, trae anotadas algunas noticias que muestran la discriminación hacia las mujeres que aún existe, incluso en países que teníamos de referencia como Dinamarca; en la Unión Europea, cada dos minutos hay una denuncia por agresión sexual; la lucha de las mujeres polacas contra el retroceso en la ley del aborto.

“Los derechos de las mujeres siempre están en el aire. Cuando la derecha está en el poder quiere acabar con ellos”

Nos despedimos de Milagros en las Cuatro Esquinas, conversando sobre miles de temas, aprendiendo de ella, como de otras mujeres que abrieron caminos.

 

 

 

 

Comentarios

  1. Rafael Roman Guerrero29 de julio de 2025, 11:23

    La conocí como compañera de delegación internacional y ratificó que era un mujer extraordinaria.

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